domingo, 9 de noviembre de 2008
viernes, 7 de noviembre de 2008
La Política De Natalidad En Colombia
En nuestra sociedad, comúnmente se escucha hablar sobre la política en un tono despectivo, debido a que los representantes del pueblo toman medidas que influyen negativamente sobre la sociedad. A continuación, se desarrollará un análisis acerca de la influencia de las políticas públicas sobre la natalidad colombiana y como afectan a la población en general.
En la actualidad, gracias a la fuerte influencia de las campañas publicitarias sobre la mentalidad de la sociedad, una gran parte de las familias han decidido o tener pocos hijos o no tenerlos. Según el DANE, el total nacional de hijos por madre pasó de tener un promedio en 1985 de 3,42 hijos a 2,48 en el 2005. También, se observa que en departamentos menos desarrollados como el Chocó y Amazonía este índice es de 4,35 y 4,30 respectivamente; en contraste, departamentos como Cundinamarca, Valle del Cauca y Antioquia, se aproximan a 1,92, 2,10 y 2,22 hijos respectivamente. Esta situación se debe a que estas primeras regiones tienen menos acceso a los medios de comunicación que las segundas. Pero en realidad, ¿Cuál es la responsabilidad que tiene el Estado y las políticas publicas sobre esta problemática?
Para responder este cuestionamiento, en primer lugar hay que evaluar el concepto de política. Según Max Weber, sociólogo alemán, la política es la dirección e influencia sobre la trayectoria del Estado, es decir, la actividad, ya sea por parte del gobierno o los ciudadanos, en la cual se interviene en los asuntos públicos a través del uso del poder. Gracias a este significado, se observa una doble responsabilidad de quienes ejercen la política, primero por el manejo que le dan a Profamilia, y segundo por la omisión sobre la publicidad privado. Respecto a lo primero, esta entidad gubernamental se ha dedicado a invitar a la población colombiana a utilizar métodos anticonceptivos, principalmente el condón, para evitar embarazos no deseados, mediante propagandas. Sin embargo, la verdadera intención de estas campañas, es evitar el aumento de la población para que no crezca el gasto público en cuanto a inversión social.
En cuanto a la segunda responsabilidad, es deber del Estado intervenir de manera positiva en el sector privado a través de las políticas públicas. En ningún momento, se ha desarrollado una reglamentación en cuanto al contenido de las campañas publicitarias privadas, por tal motivo, el Estado es culpable por omisión en sus políticas. Igualmente, hay que entender que si para el gobierno es más fácil promulgar un control de natalidad, no va implementará medidas para controlar la acción de la publicidad y los medios de comunicación.
Por otro parte, es probable que surja el cuestionamiento siguiente: ¿Por qué el control de natalidad trae un efecto negativo sobre la sociedad? Hay dos factores que pueden ser evaluados para resolver esto. En primer lugar, al tener unos bajos niveles de natalidad la población a lo largo de los años va a disminuir, generando un descenso en la cantidad de personas aptas para el trabajo, principalmente jóvenes, lo cual generaría una baja productividad nacional, al observar que nuestro país económicamente está basado en la agricultura y la industria, el cual necesita personas con capacidades físicas e intelectuales para el trabajo pesado. Esta crisis se ha experimentado en países como Suecia donde la cantidad de trabajadores es muy poca, sin embargo naciones como esta han logrado sobrevivir debido a su alto desarrollo económico que le permite contratar personal de otras naciones para el desempeño de funciones en las fabricas. En segundo lugar, la ética y la moral se deterioran cada vez más, porque se crea una cultura de promiscuidad, la cual genera una destrucción del núcleo familiar. Por tal motivo, al ser estos aspectos de vital importancia para el buen funcionamiento de la sociedad, el país se verá afectado negativamente por estas medidas de control de natalidad.
Con todo lo dicho anteriormente, se puede decir que esa directriz de la política, que debería buscar el bien para todo el pueblo colombiano, hace cosas que no son adecuadas; pues el Estado considera que el uso de estas campañas publicitarias podría ser buena, pero, en realidad, las consecuencias que traen son fatales para Colombia, y por lo tanto, no se está pensando en el futuro de una nación, pues si se evaluará correctamente los efectos que traen la omisión o el desarrollo de las políticas públicas anteriormente mencionadas, se rediseñarían los métodos de control de natalidad y si en realidad, conviene o no la implementación de esta.
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